miércoles, 29 de agosto de 2012

Reseña.

Esta critica se trata de la novela los que aman odian de Silvina Ocampo y Adolfo Bioy. Esta novela me pareció buena por el argumento, y el lugar que ocupaba cada personaje en esa novela. El doctor Humberto Huberman, medico decide pasar un tiempo en un balneario de un hotel en el bosque del mar. El doctor va a ese lugar para llevar a cabo un proyecto: adaptar para el cine de la época actual y al escenario argentino el satyricon del cayo Petronio, de que es entusiasta. Pero no pudo hacerlo. Durante ese tiempo en el hotel había una tormenta de arena y todos los del hotel se tenían que quedar refugiados en ese lugar sin poder salir por 4 días. En el hotel se produjo un accidente, donde el doctor Humberto y las hermanas mary y Emilia lo ayudaban. Esta novela me gusto la recomiendo para los espectadores que les gustan los géneros policíacos.
 
Poema:
ahora que te amo
ahora que te ame siempre
ahora que sos mi vida
ahora, mi amor
burbujas de deseo.
Siempre como te soñé
Que bailas en mis sueños
Mi amor, mi vida, mi cielo
Jardín de luz sombrío
Tangible como estatua de rocío
Siempre estarás en mi vida
Mi cielo, mi amo, mi vida
Con este poema me despido 
 
 
                                        Micaela Vazzana.

martes, 21 de agosto de 2012

Poema: Quiero.

Quiero otras luces en la vida,
quiero otros arboles,
con otras hojas,
que tengan pajaros de todo el mundo.
Quiero rutas diferentes,
con montañas al rededor,
con la luna y el sol a la vez......
quiero que todo sea igual,
cuando llueva y salga el sol
quiero el silencio de la noche,
quiero que se armen otras canciones
en la vida y en la esperanza.
Quiero conocerlas por siempre
y que toque las canciones del amor
en todos los horizontes. 


                                                                                            Belen Lemcke.

Reseña del poema: A veces te contemplo en una rama.

En el poema quiere expresa que el amor traspasa todo lo que uno puede desear.
Esto va dedicado a todas aquellas personas que creen en el amor. La autora sepo darle belleza a los versos, que sin duda conquistaraa los lectores mencionados.Algunos detalles señalados por la escritora: "El cielo entre tus labios me ama y entre tus manos quedare indefensa no vivire sino es para buscarte, curzare para adorarte por siempre por todo ello" Silvina Ocampo con este poema hizo un canto al amor.      





                                                                                                 Belen Lemcke.

Cuento: El olvido.

Hace mucho tiempo que no me dedico mas que pensar en ti,poco hombre que apareces en todos lados, que interrumpes mis actividades, que estas en cada rincon de mi habitacion. Que no te paresca extraño que tu y yo seamos tan iguales.A veces pienso que eres de otro planeta que mis angeles no son los que a ti te protegen. Pienso que nunca te conoci y que solo fueron sueños de creer que desde chicos sabiamos bien quienes era cada uno. Tu,desde que abria mis ojos cuando el gallo cantaba hasta el la luna iba a dormirse,pienso en tu olor, en tu piel, tu boca, los lugares por donde sueles caminar,las cosas que mas te gustan.
Las charlas con mis amigos recaen en comentarios de como vives,sobre tu caracter.Muchas veces me quedo horas enfrente de tu casa observando a que hora sales o regresas, como te vistes o quien te acompaña.Nadie piensa tanto como yo en ti.Recuero siempre tus manos tan frias, tus codos tan callosos,tu piel tan humeda,espero un defecto para poder destruirte totalmente, puedo dibujarte detalladamente con los ojos cerrados sin ningun error,si  soy egoista lo he aprendido de ti.
Luego de tantos años compartidos y de tantas vivencias que pasamos puedo recordar encuentros como un dia de playa, un dia en el teatro,en la casa de unos amigos. Como olvidar nuestro ultimo dia juntos, los momentos tan lindos que compartimos.
Intente matarte,pero deseché la idea porque la muerte no me pareció un castigo.






                                                                              Brenda Insua.

Cuento: La boda.

Que una muchacha de la edad de Roberta se fijara en mí, saliera a pasear conmigo, me hiciera confidencias, era una dicha que ninguna de mis amigas tenía. Me dominaba y yo la quería no porque me comprara bombones o bolitas de vidrio o lápices de colores, sino porque me hablaba a veces como si yo fuera grande y a veces como si ella y yo fuéramos chicas de siete años.Es misterioso el dominio que Roberta ejercía sobre mí: ella decía que yo adivinaba sus pensamientos, sus deseos. Tenía sed: yo le alcanzaba un vaso deagua, sin que me lo pidiera. Estaba acalorada: la abanicaba o le traía un pañuelo humedecido en agua de Colonia. Tenía dolor de cabeza: le ofrecía una aspirina o una taza de café. Quería una flor: yo se la daba. Si me hubiera ordenado"Gabriela, tírate por la ventana" o "pon tu mano en las brasas" o "corre a las víasdel tren para que el tren te aplaste", lo hubiera hecho en el acto.Vivíamos todos en los arrabales de la ciudad de Córdoba. Arminda Lópezera vecina mía y Roberta Carma vivía en la casa de enfrente. Arminda López y Roberta Carma se querían como primas que eran, pero a veces se hablaban con acritud: todo surgía por las conversaciones de vestidos o de ropa interior o depeinados o de novios que tenían. Nunca pensaban en su trabajo. A la media cuadra de nuestras casas se encontraba la peluquería LAS ONDAS BONITAS. Ahí,Roberta me llevaba una vez por mes. Mientras que le teñían el pelo de rubio con agua oxigenada y amoníaco, yo jugaba con los guantes del peluquero, con el vaporizador, con las peinetas, con las horquillas, con el secador que parecía el yelmo de un guerrero y con una peluca vieja, que el peluquero me cedía con mucha amabilidad. Me agradaba aquella peluca, más que nada en el mundo, más que los paseos a Ongamira o al Pan de Azúcar, más que los alfajores de arrope o que aquel caballo azulejo que montaba en el terreno baldío para dar la vuelta a la manzana, sin riendas y sin montura y que me distraía de mis estudios.El compromiso de Arminda López me distrajo más que la peluquería y que los paseos. Tuve malas notas, las peores de mi vida, en aquellos días. Roberta me llevaba a pasear en tranvía hasta la confitería Oriental. Ahí tomábamos chocolate con vainillas y algún muchacho se acercaba para conversar con ella. De vuelta en el tranvía me decía que Arminda tenía más suerte que ella, porque a los veinte años las mujeres tenían que enamorarse o tirarse al río.–¿Qué río? –preguntaba yo, perturbada por las confidencias.–No entiendes. Qué le vas a hacer. Eres muy pequeña.–Cuando me case, me mandaré hacer un hermoso rodete –había dicho Arminda–, mi peinado llamará la atención. Roberta reía y protestaba:–Qué anticuada. Ya no se usan los rodetes.–Estás equivocada. Se usan de nuevo –respondía Arminda–. Verás, si no llamo la atención.Los preparativos para la boda fueron largos y minuciosos. El traje de novia era suntuoso. Una puntilla de la abuela materna adornaba la bata, un encaje de la abuela paterna (para que no se resintiera) adornaba el tocado. La modista probó el vestido a Arminda cinco veces. Arrodillada y con la boca llena de alfileres la modista redondeaba el ruedo de la falda o agregaba pinzas al nacimiento de la bata. Cinco veces del brazo de su padre, Arminda cruzó el patio de la casa, entró en su dormitorio y se detuvo frente a un espejo para ver el efecto que hacían los pliegues de la falda con el movimiento de su paso. El peinado era tal vez lo que más preocupaba a Arminda. Había soñado con él toda su vida. Se mandó hacer un rodete muy grande, aprovechando una trenza de pelo que le habían cortado a los quince años. Una redecilla dorada y muy fina,con perlitas, sostenía el rodete, que el peluquero exhibía ya en la peluquería. El peinado, según su padre, parecía una peluca .La víspera del casamiento, el 2 de enero, el termómetro marcaba cuarenta grados. Hacía tanto calor que no necesitábamos mojarnos el pelo para peinarlo ni lavarnos la cara con agua para quitarnos la suciedad. Exhaustas Roberta y yo estábamos en el patio. Anochecía. El cielo, de un color gris de plomo, nos asustó.La tormenta se resolvió sólo en relámpagos y avalanchas de insectos. Una enorme araña se detuvo en la enredadera del patio: me pareció que nos miraba.Tomé el palo de una escoba para matarla, pero me detuve no sé por qué.Roberta exclamó:–Es la esperanza. Una señora francesa me contó una vez que La araña por la noche es esperanza.–Entonces, si es esperanza, vamos a guardarla en una cajita –le dije.Como una sonámbula porque estaba cansada y es muy buena, Roberta fue a su cuarto para buscar una cajita.–Ten cuidado. Son ponzoñosas –me dijo.–¿Y si me pica?–Las arañas son como las personas: pican para defenderse. Si no les haces daño, no te harán a ti.Puse la cajita abierta frente a la araña, que de un salto se metió adentro.Después cerré la tapa, que perforé con un alfiler.–¿Qué vas a hacer con ella? –interrogó Roberta.–Guardarla.–No la pierdas –me respondió Roberta.Desde ese minuto, anduve con la caja en el bolsillo. A la mañana siguiente fuimos a la peluquería. Era domingo. Vendían matras y flores en la calle. Esos colores alegres parecían festejar la proximidad de la boda. Tuvimos que esperar al peluquero, que fue a misa, mientras Roberta tenía la cabeza bajo el secador.–Pareces un guerrero –le grité. Ella no me oyó y siguió leyendo su libro de misa. Entonces se me ocurrió jugar con el rodete de Arminda, que estaba a mi alcance. Retiré las horquillas que sostenían el rodete compacto dentro de la preciosa redecilla. Se me antojó que Roberta me miraba, pero era tan distraída que veía sólo el vacío, mirando fijamente a alguien.–¿Pongo la araña adentro? –interrogué mostrándole el rodete.El ruido del secador eléctrico seguramente no dejaba oír mi voz. No me respondió, pero inclinó la cabeza como si asintiera. Abrí la caja, la volqué en el interior del rodete, donde cayó la araña. Rápidamente volví a enroscar el pelo y acolocar la fina redecilla que lo envolvía y las horquillas para que no me sorprendieran. Sin duda lo hice con habilidad, pues el peluquero no advirtió ninguna anomalía en aquella obra de arte, como él mismo denominaba el rodetede la novia.–Todo esto será un secreto entre nosotras –dijo Roberta, al salir de la peluquería, torciendo mi brazo hasta que grité. Yo no recordaba qué secretos me había dicho aquel día y le respondí, como había oído hacerlo a las personas mayores.–Seré una tumba.Roberta se puso un vestido amarillo con volantes y yo un vestido blanco de plumetís, almidonado, con un entredós de broderie. En la iglesia no miré al novio porque Roberta me dijo que no había que mirarlo. La novia estaba muy bonita con un velo blanco lleno de flores de azahar. De pálida que estaba parecía un ángel. Luego cayó al suelo inanimada. De lejos parecía una cortina que se hubiera soltado. Muchas personas la socorrieron, la abanicaron, buscaron agua en el presbiterio, le palmotearon la cara. Durante un rato creyeron que había muerto; durante otro rato creyeron que estaba viva. La llevaron a la casa, helada como el mármol. No quisieron desvestirla ni quitarle el rodete para ponerla muerta en el ataúd. Tímidamente, turbada, avergonzada, durante el velorio que duró dos días, me acusé de haber sido la causante de su muerte.–¿Con qué la mataste, mocosa? –me preguntaba un pariente lejano de Arminda, que bebía café sin cesar.–Con una araña –yo respondía.Mis padres sostuvieron un conciliábulo para decidir si tenían que llamar a un médico. Nadie jamás me creyó. Roberta me tomó antipatía, creo que le inspiré repulsión y jamás volvió a salir conmigo.

Algunos poemas.

La Llave Maestra:

La luz de su cuarto me habla de él cuando no está, me acompaña cuando tengo miedo, y siempre tengo miedo porque soy valiente; oye La poesia es un medio unico para transmitir sentimientos de amor y odio.

Envejecer:

Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día; es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva que en lugar Poetas que hacen sentir, vibrar, vivir con cada poema que escriben.

Diálogo:

Te hablaba del jarrón azul de loza, de un libro que me habían regalado, de las Islas Niponas, de un ahorcado, te hablaba, qué sé el amor en letras.

La terraza.

Estábamos en Turquía, observando desde una terraza
como el caluroso viento de verano iba derritiendo las calles,
y colmando la paciencia de aquellos extranjeros
que llegaban a parecer jilgueros.

Queríamos tranquilidad,
no hay por ahí una playa, yo decía.
ni el canto de las aves nos calmaba
un poco de aire fresco necesitábamos para poder tranquilizarnos.

Yo me quedo con Mar del Plata,
ausente y todavía ingrato,
a veces suelo ser aquí una extraña ciudadana.

Ahora falta la terraza, no la playa,
faltan tierras y no aves cantoras,
¡Que calor hacia y el paisaje que yacía!.





                                                                                            Brenda Insua.

Poema a Silvina.

Fuiste una gran escritora,
merecedora de clamancias infinitas,
en dias y noches de desconciertos
es cuando sin dudarlo me encierro en mis locos pensamientos,
entonces elijo entre tu bibliografia algun poema o cuento
que me lleve a otro lugar, a otro encuentro.

Silvina, para ti no hay palabra que te defina,
mujer inolvidable, cada uno de tus trabajos realizados son majestuosos
cada palabra, cada verso, cada estrofa, que conforman maravillosas historias.

A ti mujer sin fronteras, sin que nadie te detenga a expresar lo que sientes,
tu pasatiempo una pluma y tinta negra,
no hay nadie que te prohiba escribir,
no hay nadie que hoy no sepa de ti,
no hay nadie que no te conozca Silvina Ocampo.
        

       
                                                                          
                                                                                                                   Brenda Insua.

Reseña: El para otra.

La reseña que les dejo a continuación es de un cuento escrito por la escritora argentina Silvina Ocampo,dedicada a la literatura argentina esta fue una de sus obras mas conocidas en el mundo de este genero.
Este cuento cuenta la historia de dos personas enamoradas, en el cual la mujer siempre solía postergar el encuentro entre ellos dos porque sentía que si verse se les hacia costumbre iban a perder el amor que sentían ambos. Así pasaron los años y fueron envejeciendo, hasta que llego el día en que tocaron la puerta de la casa de esta mujer y se tomo horas en decidirse a abrir la puerta, pero finalmente lo hizo y era EL su amado, se abrazaron fuertemente y pasaron toda la noche juntos. Se imaginaron pertenecientes a otras personas y esa vaga imaginación hizo que ese encuentro no termine mas su amor se hizo mas fuerte.
Creo que en este relato Silvina quiere mostrarnos como el amor es mas fuerte que ante cualquier problema y que el tiempo y la distancia no son una oposición en una pareja, cada detalle con que se dedica a describir la situación y como se imaginan su encuentro te llevan a imaginarse pertenecientes de esta historia. Volvería a leer una y otra vez este cuento me quede encantada,es uno de los libros que mas me gusto.
Para ir finalizando espero que disfruten de esta reseña y les recomiendo incansablemente que lean "EL PARA OTRA",estoy muy segura que como a mi a ustedes también les va a gustar esta historia de dos enamorados que luego del transcurso de muchos años se encuentran por primera vez y desde ese momento no se separan nunca más.

                                                                             
                                                                                            BRENDA INSUA.

jueves, 16 de agosto de 2012

Reseña: Informe del Cielo y del Infierno.

Es una narración escrita por la talentosa Silvina Ocampo, escrita en 1970. Silvina nos cuenta como las personas nos vemos a elegir, después de morir entre el cielo y el infierno. Según nos cuenta que no son todo lujos, sino de que son simples cosas cotidianas que podemos encontrar en cualquier lado desde una rosa, libros o hasta soles, como puede ser cualquier tipo de cosa. Pero lo único que cada una de estas cosas tienen un significado, según lo que  vos veas, ya que va estar casi inconsciente, es lo que elegiste a lo largo de tu vida. No importa que veas algo al principio y después cualquier otra cosa. Sino de cada uno de ellos se caracteriza por ser objetos de cielo o el infierno. Pero te demuestra que lo que ves, puede ser de cualquier de ambos lados y que puede que allá gente que por mas mínimos detalles vallan al Infierno y en cambio otros al Cielo.
Lo que más rescato de este texto es que te deja reflexionar sobre como estas y que estás haciendo con tu vida. También te enseña que nada ni nadie tiene asegurado ni el cielo ni el infierno, que solo se trata de vivir y disfrutar la vida. Vale aclarar que este testo lo recomiendo, esta bueno leerlo para en eso día en que no sabes para donde va tu vida, porque te deja mucho en que PENSAR.
Cuento original:
A ejemplo de las grandes casas de remate, el Cielo y el Infierno contienen en sus galerías hacinamientos de objetos que no asombrarán a nadie, porque son los que hay en las casas del mundo. Pero no es bastante claro hablar sólo de objetos: en esas galerías también hay ciudades, pueblos, jardines, montañas, valles, soles, lunas, vientos, mares, estrellas, reflejos, temperaturas, sabores, perfumes, sonidos, pues toda suerte de sensaciones y de espectáculos nos depara la eternidad.
Si el viento ruge, para ti, como un tigre y la paloma angelical tiene, al mirar, ojos de hiena, si el hombre acicalado que cruza por la calle, está vestido de andrajos lascivos; si la rosa con títulos honoríficos, que te regalan, es un trapo desteñido y menos interesante que un gorrión; si la cara de tu mujer es un leño descascarado y furioso: tus ojos y no Dios, los creó así.
Cuando mueras, los demonios y los ángeles, que son parejamente ávidos, sabiendo que estás adormecido, un poco en este mundo y un poco en cualquier otro, llegarán disfrazados a tu lecho y, acariciando tu cabeza, te darán a elegir las cosas que preferiste a lo largo de tu vida. En una suerte de muestrario, al principio, te enseñarán las cosas elementales. Si te enseñan el sol, la luna o las estrellas, los verás en una esfera de cristal pintada, y creerás que esa esfera de cristal es el mundo; si te muestran el mar o las montañas, los verás en una piedra y creerás que esa piedra es el mar y las montañas; si te muestran un caballo, será una miniatura, pero creerás que ese caballo es un verdadero caballo. Los ángeles y los demonios distraerán tu ánimo con retratos de flores, de frutas abrillantadas y de bombones; haciéndote creer que eres todavía niño, te sentarán en una silla de manos, llamada también silla de reina o sillita de oro, y de ese modo te llevarán, con las manos entrelazadas, por aquellos corredores al centro de tu vida, donde moran tus preferencias. Ten cuidado. Si eliges más cosas del Infierno que del Cielo, irás tal vez al Cielo; de lo contrario, si eliges más cosas del Cielo que del Infierno, corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas celestiales denotará mera concupiscencia.
Las leyes del Cielo y del Infierno son versátiles. Que vayas a un lugar o a otro depende de un ínfimo detalle. Conozco personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche, al Cielo.
                                                          Florencia Fiorella Lourdes Casciano.

Entrevista a Silvina Ocampo.

Silvina Ocampo: 1903-2003
«En general, soy fiel a la imaginación»

Mempo Giardinelli
Entrevista aparecida en Así se escribe un cuento
Publicada originalmente en Internet por La Maga. Argentina, 1993.

- Le propongo iniciar esta conversación hablando de su relación con la escritura, para luego derivar hacia el cuento. ¿Le parece?
-Bueno, entonces lo primero que diré es que yo he puesto todo lo que tengo en lo que he escrito. Porque para mí escribir es lo más importante que me ha sucedido.
-¿Siempre fue así?
-Siempre. Escribir y dibujar. Me gusta mucho dibujar. Empecé a los siete u ocho años, y dibujé muchísimo. Pero nadie me conoció por mis dibujos, porque no me hice conocer. Para que a uno lo conozcan, uno tiene que moverse. Y yo no me moví nada, Ahora me echo la culpa.
-¿Es una vocación perdida, el dibujo?
-No, en absoluto. Yo adoraba el dibujo, adoraba la pintura. Era para mí un éxtasis, ¿no? Pintaba y dibujaba para mí. No era un trabajo que me lo imponía, sino que era mi delirio. Me encantaba.
-¿A la par de la escritura? -No. La escritura fue después. Porque con la pintura yo no logré lo que quería. Yo quería que alguien se diera cuenta de lo que yo hacía, y que me comprendiera. Pero nunca encontré a nadie. Me sentí muy sola en ese trabajo...
-¿Y la escritura, qué papel jugó para usted; qué fue?
-Bueno, fue mi vida, ¿no? Todavía hoy sigo escribiendo, diariamente. Cuando dejé la pintura, lo hacía con ingratitud. Me sentía culpable de hacer esto, porque amaba tanto la pintura, y todo lo que tuviera que ver con ella, ¿no? Y con el dibujo. Me preguntaba cómo era posible, me decía: "Ahora me pongo a escribir y no existe otra cosa que escribir". Entonces me sentía culpable. Durante mucho tiempo, de noche, yo pensaba en eso. Lloraba, lloraba de pena. Pensaba: "¿Cómo puedo dejar de pintar, Dios mío?".
-¿Y por qué lo dejó?
-Porque prefería escribir. Fue una elección al fin y al cabo.
-¿Y cuándo hizo esa elección?
-No lo sé exactamente. Pero toda mi vida escribí. Desde que era muy chica. Y escribía tanto que las maestras que tuve, cuando les mostraba lo que había escrito, me decían: "Pero no escribás tanto, che, que estás gastando todo el papel que hay en la casa". Es "una falta de economía", decían. Quizás era porque me daban temas para escribir y yo no les hacía mucho caso. Me decían escribí tal cosa, o sobre tal otra, pero siempre era yo misma la que elegía mis temas. Hoy sé que si escribía así era porque así lo sentía. Y no admitía que nada ni nadie modificara mis sentimientos. Yo escribía muchísimo...
-¿ Y ahora?
-Ahora me pasa otra cosa: yo quisiera decir cosas mucho más largas, más largas... Pero no me gusta lo que escribo cuando escribo extensamente. Porque cuando lo hago así, cuando me fluye la escritura larga, me parece que resulta algo que está de más. "Mirá -me digo - creo que esto es demasiado..."
-¿Por alguna razón estética o filosófica?
-No, simplemente porque me parece que lo que yo quiero expresar se pierde dentro de ese cúmulo de palabras e ideas que he puesto en el papel ¿no? Y entonces. inmediatamente, empiezo a borrar y a borrar, y a hacer todo de nuevo. Porque yo soy muy porfiada, ¿sabés?
-¿Siempre retrabaja mucho, siempre reescribe?
-Sí. siempre. Aunque soy muy impulsiva. En fin: soy las dos cosas. Puedo ser muy impulsiva y trabajar rápido. y a la vez puedo ser muy lenta, morosa y trabajar y trabajar lo mismo...
- Me gustaría que hablara un poco del cuento como género, Silvina.
-Para mí es lo más importante que existe en literatura. ¿No te parece? Es el género que más me gusta. Yo prácticamente no he hecho otra cosa. Fijate que tengo dos novelas escritas pero no las publiqué. Las dejo para un momento en que ya no las vea, como se deja algo inferior. Y es que son obras muy inferiores. El cuento es superior, ¿no te parece?
-Lo que importa es lo que diga usted.
-Hum. Yo creo que el cuento es superior a la novela. Como género, digo. El cuento es lo primero que ha existido en la literatura. Existe como Adán y Eva. Como un algo que inicia todo. Es genético, diríamos. Podríamos remedar a la Biblia: "Lo primero fue el cuento". Para mí fue algo primordial, en mis primeros años. Era lo principal. Yo me formé leyendo cuentos. Y mi imaginación hizo el resto, porque no sólo lo conocía al cuento como género, sino que lo esperaba, lo buscaba por todos los rincones. Crecí buscando algo que sirviera para escribir un cuento.
-¿Le contaban cuentos, de niña?
-Sí, pero yo los corregía. Primero oralmente, claro. Me contaban cuentos en verso, pero eran cuentos muy mal hechos. Entonces, yo los corregía, quitándoles esto o aquello. Yo ya sentía la armonía que tenía que haber en un cuento, la buscaba, interviniendo en el relato y corrigiéndolo.
-¿Empezó escribiendo cuentos, Silvina? ¿A qué edad?
-Bueno, claro que empecé en este género, y nunca lo dejé, ¿no? Era muy chica, cuando escribí los primeros. Era una adolescente, muy jovencita. Y mis cuentos de cuando era chica, fijate, se parecen bastante a los que escribo ahora. Porque ahora tengo algo muy infantil en mis cuentos. Cuando los vuelvo a leer, me digo: "Pero cómo es posible esto...".
- Quizá por eso en varios de sus cuentos aparece un aire como de niñez atormentada. Juguetona pero ansiosa. ¿Tiene que ver con evocaciones, con nostalgias, quizá?
-Bueno, mi nostalgia es muy grande. Yo vivo de nostalgias. Y sobre todo, lo que escribo es lo que está más lleno de nostalgias. Yo no demuestro, o no pruebo, que soy nostálgica, pero de todos modos creo que el lector lo siente. Creo yo. Porque he publicado muchísimo. Escribí toda mi vida, ¿no? Mi escritorio, la mesa donde trabajo, está Reno, lleno de hojas escritas que nunca terminé de corregir. Pero que un día voy a corregir. Porque cuando los tomo y los leo, me gustan. Eso es lo raro, ¿no?
-¿Cuál ha sido el material fundamental de su cuentística, Silvina? ¿Los sueños, la realidad, los recuerdos, experiencias vividas? En general, noto que sus cuentos tienen mucho de mundo dislocado; no el absurdo a lo Jarry, pero sí una especie de ironía constante, un abordaje tangencial e inquietante.
-Sí, estoy entre la ironía, la nostalgia y, casi, el romanticismo. También mucho lirismo.
-Por eso, creo, "El automóvil" es casi una reflexión sobre el amar. Tiene un tomo decimonónico, si se quiere, ubicado en el XX.
-¿Te gustó ese cuento?
-De su producción, es mi preferido.
-El mío también (se ríe). Fue un cuento muy difícil de contar, sin ridiculizar la situación. La puerilidad y la cursilería están al borde, es como caminar al borde de] precipicio.
-Hay temas, como el amor, que sin talento, no se pueden abordar. Más vale no menearlo y ocuparse de otros temas, ¿no?
-¡Ya lo creo! (Se ríe, divertida.) Es el tema más peligroso.
-Volviendo a la ironía, algún crítico ha dicho que en lo suyo hay crueldad. Yo no lo creo, pero es una manera de llamarlo. ¿Usted qué piensa?
-¿La crueldad? Sí, me hicieron ese tipo de crítica. Pero creo que no, me parece que eso es falso. El mío es un mundo de paradojas, de alusiones... En todo caso, todo me ha venido de mi mundo onírico, que es paradojal.
-¿Y actualmente sigue soñando? ¿Los sueños le dictan cuentos?
-Sigo soñando, sí, sueño bastante. Pero con mis sueños creo que no he hecho ningún cuento. No puedo explicar cómo surgen los cuentos. "El automóvil", por ejemplo, lo hice pensando en el amor. ¿Cuál es la cosa más desesperada en el amor?... Bueno, yo puse un automóvil porque va rápidamente, te lleva, y es una carrera. Un vértigo. Esa es la metáfora.
-¿Cómo ha trabajado usted, Silvina: por horas, por páginas, por puras ganas?
-Eso depende del temperamento. A veces tengo necesidad de escribir tan rápidamente que no tengo ni tiempo de alcanzar un papel y un lápiz. Yo tomo un papel, me lo pongo sobre las rodillas y escribo. Escribo a veces sólo palabras, que luego voy a poner en un cuento, en lo que vaya a escribir. Pero, ¿sabés?, yo creo que no se puede describir ningún hacer literario. Es imposible describir una relación muy nítida de cómo uno ha trabajado y de cómo se trabaja.
-¿Manuscribe?
-No, lo que digo es que siempre hago una primera versión a mano, y después dicto. El dictado me ha funcionado muy bien -, me gusta dictar, porque repito lo que he escrito y vuelvo a oír. Y entonces, al oírlo, veo si hay algo tremendo en lo que escribo.
-¿ Usted cree en el sonido, en la musicalidad de un cuento?
-Mucho, es en lo que más creo. Creo que el cuento es música. todo es música.
-El cuento es música de cámara, ¿no cree? Como la novela sería sinfónica.
-Claro (se ríe). Yo tengo tal admiración por la música, siento un deleite total, que tengo que atribuirle toda clase de influencias sobre las personas. Y claro: sobre el escritor.
-¿Ha podido escribir con música? ¿No ha necesitado silencio para escribir?
-Claro que puedo escribir mientras escucho, porque puedo escribir mientras siento. Me motiva. A veces, en la casa dondo yo estaba, había música en todas partes. Se tocaba mucho el piano, mis hermanas tocaban a dos pianos, 0 a cuatro manos. Yo misma estudié piano durante algún tiempo. Pero exigía mucho tiempo...
-Además, con una vocación tan fuerte por el dibujo, la pintura y la literatura, ya era suficiente, supongo.
Es que no se puede amar dos cosas al mismo tiempo. Al menos, no se puede con la misma pasión. Quizá se puede amar dos cosas o más (se ríe) pero nunca con igual pasión. Y es muy difícil.
-Otra cosa notable en sus cuentos es el humor. Es muy sutil, y diría que muy intelectual. ¿Ha surgido, o es producto de una práctica?
-Me surgió naturalmente. Ha salido de algún lado, que no sé precisar. Soy una persona de buen humor, a veces. Pero otras veces me inclino por la melancolía. Las cosas me duelen mucho cuando van en contra de todo lo que yo pienso, de lo que siento. Entonces, eso perfora un poco mi alma, ¿no? Es como si me pasaran agujas, y concitan algo que me hace dar Coces.
-Propio de una mujer apasionada... Usted lo es, ¿no?
-Sí, he sido muy apasionada. Y creo que eso se nota en mi obra. Creo que se nota. Gustará más o gustará menos éste o aquel cuento.. pero no hay ninguno frío. Creo. Porque cuando un cuento es frío, no sirve.
-¿Eso le ha pasado con la novela, Silvina?
-Tal vez. Pero voy a volver a tomar esas novelas, y las voy a seguir hasta que pueda. ¿no? Lo que pasa es que la largura del camino me asusta. Porque pienso que estoy perdiendo fuerza. Es como si uno perdiera fuerza en las cosas largas... ¿no?
-¿Le preocupa el tema del tiempo y la fuerza? ¿ Tiene que ver con los años, Silvina?
-No, tiene que ver con la obra. Mismo cuando tengo mis textos en las manos siento que eso no sirve, que está todo lleno de hojas, siento que no sirve porque es demasiado. (Se ríe a carcajadas, y se interesa por el trabajo del entrevistador.) Sí, a mí me ha pasado, e incluso hay cuentos de jóvenes autores como Alfredo Novelli, que me han atraído por la síntesis, por lo cortos que son. Yo le pregunté: "Decime, ¿cómo hacés para escribir de esa manera tan breve, que no queda ninguna otra palabra que agregar?". El dice: "Ay. es tan fácil". Pero yo no creo que sea tan fácil -, yo no puedo escribir así.
-¿ Usted cree que existe alguna técnica para el cuento? ¿O es una intuición?
-(Piensa unos segundos.) Yo creo que sí. ¿Vos también?
- Creo que hay una preceptiva mínima, pero el dominio técnico -si lo hay - no garantiza un cuento.
-Ah, claro. Eso no lo garantiza nada. Pero fijate que si se parte de una idea de cómo hay que hacer un cuento, me parece que el cuento sale mejor. Siempre es mejor hacer algo, si se sabe hacerlo, ¿no? Yo creo que uno, cuando va a escribir un cuento, debe hablar primero con su imaginación. Uno debe preguntarse primero qué hay, qué tiene ahí. La imaginación siempre nos relata algo; y entonces uno verá cómo lo relata, desde qué punto de vista. Pero es muy difícil explicar esto.
-¿Usted, por ejemplo, antes de escribir un cuento, se lo relata primero a sí misma?
¿Hay, digamos, alguna oralidad previa?
-Algunas veces sí. Cuando son buenos cuentos, sí. Por ejemplo, "El automóvil" lo imaginé primero, y me lo conté. Lo imaginé todo antes de escribirlo. Primero debí saber todo lo que iba a pasar. En general, soy fiel a la imaginación. Pero ocurre, en ocasiones, que me desvío, que me pierdo en ciertos detalles, porque me encantan los detalles. Y aunque sea totalmente distinto de la idea previa, si el detalle me parece que es atractivo lo pongo igual. Eso es importantísimo. A mí me encantan los detalles. Son importantes en la vida, ¿no te parece?
-¿Qué papel jugó en su obra la observación crítica de la realidad, Silvina? Me da la impresión de que sus cuentos, en general, son realistas. Y también no lo son.
-Es cierto. Veo que has pensado mucho sobre mis cuentos. Y estoy muy halagada por eso. Me gusta... (se produce un largo silencio). ¿Qué me preguntaste?
-Sobre la realidad.
-Ah, yo me aparto de la realidad. Aunque para dar realismo tengo que volver a ella. Pero yo me aparto, ni me fijo en ella. Y después vuelvo.

Cuento: Nos iremos, me ire con los que me aman

Esa noche, en la que no podía dejar de pensar en todo lo que vivimos, cuando todavía nos amábamos. Me acorde de esa hermosa tarde de otoño que solíamos  pasar en el barrio de Flores, que mientras que me cantabas también me jurabas amor eterno, que lo nuestro nunca iba terminar, aun llevo conmigo los jazmines que esos días me regalabas. Cuando  oigo que la lluvia al fin había empezado, eso me relajo pero de todo se complico mas cuando me di cuenta que me faltabas para protegerme. Deje entrar a Ruth, la encantadora perrita que encontramos en una de nuestra salidas en Palermo, ella se ve mucho mejor que nosotros ahora. Pero igual sigo pensando que hubiera sido si vos no la hubieras visto en el costado de la calle, casi muriendo. Ruth me acompaño a mi habitación y sin dudarlo más me cambie de ropa, como siempre te gusto verme. Ese momento en el que volví a leer la última carta que me dejaste, fue cuando me di cuenta que todo había cambiado, yo había cambiado. Ahí fue cuando empezó a  correr sin saber a qué dirección, lo único que pasaba por mi cabeza era que ya no soy la misma.
Me pude dar cuenta donde estaba, adonde había llegando inconscientemente y era la placita donde nos conocimos y besamos por primera vez. No entiendo cómo puede llegar hasta con este día que parece que se cae el cielo, pero eso no me importaba ahora lo que sí, que hacia ahí, ¿Sola? Seguí caminando pero esta vez sí sabía a dónde iba y era  a un par de cuadras de donde estaba. Mientras caminaba, recordaba cómo nos habíamos conocido y como me enamoraste, todavía sigo dudando si vos algún día llegaste a sentir todo lo que me decías y prometías, aunque para vos todo esto fue tan solo una linda historia que quedaría en nuestras memorias. Sigo sola en el medio de la calle no puedo ver a nadie, cada vez la tormenta se hace más grande y yo cada paso estoy más segura de donde quiero llegar. Ay me acuerdo como nos gustaba esperar estos días hacía porque sentíamos qe era todo para nosotros solos, y lo felices que éramos cuando corríamos y bailamos debajo de la lluvia. Cada vez estoy más cerca, cada estamos más cerca y no me voy a dar por vencida. Está lleno de autos enfrente de la Iglesia donde los dos soñábamos en casarnos y prometer al frente del Señor todo nuestro amor. Pero ese día otra mujer estaba cumpliendo su sueño de casar, ese día, en esa Iglesia y con la persona más ame y voy amar por siempre, VOS. Las campanas de la Iglesia empezaron a sonar eso me demostró que la boda empezó, decidí quedarme sentada abajo del árbol y solo recordar.
 La tarde en la que te esperaba en la plaza. Y cuando como frenaba un auto frente mío y era   Germán un amigo de toda la vida, no se me ocurría que hacia el ahí si te esperaba a vos, pero él no era el mismo sino que se acercaba como ido, creo que se había drogado. Cuando se acerca me quiso besar pero me negué me quise alejar pero me retuvo de nuevo pero le pude pegar, el se enfureció y me beso. No lo pude frenar y después se alejo, y  te vi ahí parado viendo todo. El te miro con odio bronca, vos con desprecio y yo queriendo explicarte todo. Te fuiste, el se quedo parado ahí sin hacer nada, ni sé que fue de su existencia y yo te seguí te quise frenar, te grite pero vos nunca te diste cuenta. Cuando llegaste a la esquina frenaste y te diste vuelta tu cara tenía una mezclar de odio y dolor, pero la lagrimas no se escapada de tus ojos solo me dijiste “YO TE AMABA  y eso fue todo lo que dijiste, ni me dejaste hablar y corriste, no te alcance. Pase días, semanas sin saber nada de vos.
Hoy me entero que te esta por casar con tu anterior novia, la madre de tu hijo. Yo se que nunca me dejaste explicar lo que paso pero vos, jamás me confesante que solo era solo un juego para vos, porque vos nunca me amaste como yo te eh amado, si alguna vez me lo hiciste creer pero ahora lo sé que era todo mentía, que ese día pensabas en dejarme porque en verdad amabas a otra.
La lluvia al fin paro yo sigo empapada y las calles sigue vacía, como vi qué la gente empezó a salir decidí volver a mi casa que no tenia caso que yo esté ahí, camine. Pero a pasar por la salida de la Iglesia, nos bizmo, va te vi. Frene y entonces me quede esperando que llegues. La felicidad rondaba por todo el ambiente, ella esta tan hermosa con su pancita y vos siempre tan hermoso. Cuando me viste no lo dudaste soltaste a Eve y nos acercamos, tu mirada lo decía todo no me esperabas y me sonreíste.
-¿Luz? Viniste-sonriendo
-eeeh Si, te vengo a decir toda la felicidad con tu esposa y con Benja  tu hijito.-completamente emocionada-
-Te extrañe, ¿qué es de tu vida?
-La mía, como se puede pero creo que bien. Y yo también te extrañes-mire para abajo-me tengo que ir quedo Ruth, sola
-¿No te quieres quedar a festejar con nosotros?-
¿Cómo se pudo haber olvidado de la perra que salvamos? -….- no le conteste.
-Bueno, me gustaría volver a verte- sin saber que decir
-eeh SI volver a vernos. Chau Felicidades! Por tu nueva familia- Me quería ir, le bese la mejilla y me di vuelta
-¡Espera! Sabes que siempre soñé que todo esto sea con vos, no te das una idea de cómo te extrañe y cuanto te Amo –con los ojos llenos de lagrimas.
-Como te acabas de casar por Iglesia, nuestra Iglesia, esperando un hijo.-se me escaparon las lágrimas.
-Solo quiero ser feliz a tu lado, Siempre te ame a vos solo a vos.

Poema orinal:
Nos iremos, me iré con los que aman,
dejaré mis jardines y mi perro
aunque parezcas dura como el hierro
cuando los vientos vagabundos braman.

Nos iremos, tu voz, tu amor me llaman:
dejaré el son plateado del cencerro
aunque llegue a las luces del desierto
por ti, porque tus frases me reclaman.

Buscaré el mar por ti, por tus hechizos,
me echaré bajo el ala de la vela,
después que el barro zarpe cuando vuela

la sombra del adiós. Como en los fríos
lloraré la cabeza entre tu mano
lo que me diste y me negaste en vano.                                                              
                                                    Florencia Fiorella Lourdes Casciano

martes, 14 de agosto de 2012

Poema: "AL ODIO".

No regreses, te conspiro, con tus rocas de errores;
con tu consejo horroroso y viejo,
con tu protección luminosa, con tu reflejo.
con tus malas cosechas.


En aquel bosque donde todo era mio,
no ocultes tu sonrisa con una distracción,
me enamora, me da razón,
rechaza la nieve de tu alma fría.

Te conozco mucho, no no regreses.
Juro no observar tu malvada cara,
cada vez que una lágrima se me escapaba,
sola, acaso ¿de mi te vengaras?
pues entonces que sea heroica,
y no con falta de honra a tu cobardía,
haciendo creer que nada te hiere y detiene.

Las flores las maldijiste,con tu rabia
¿por que te tuve que haber encontrado nuevamente?
Haz que mi herida derrame sangre,
que de una vez ya quiero morirme.
Te noto nervioso,vacilante,
Vamos mátame y llegara lo mas horroroso,
Vamos házlo sin pensarlo que pronto tu vida sera diferente.





                                                                                                           Brenda Insua.

Poema: UNICA SABIDURIA.

Lo único que sabemos
es lo que nos sorprende:
que todo pasa, como
si no hubiera pasado.

Poema : LOS DELFINES.


Los delfines no juegan en las olas

como la gente cree.

Los delfines se duermen bajando hasta el fondo del mar.

¿Qué buscan? No sé.

Cuando tocan el fin del agua

despiertan bruscamente

y vuelen a subir porque el mar es muy profundo

y cuando suben ¿qué buscan? No sé.

Y ven el cielo y les vuelve a dar sueño

y vuelven a bajar dormidos,

y vuelven a tocar el fondo del mar

y se despiertan y vuelen a subir.

Así son nuestros sueños.


Reseña de alumnos interesados en Silvina Ocampo.



Reseña: "Cuentos completos" de Silvina Ocampo

Los chicos de 2º C.N. T.T. estuvieron leyendo las Antologías de cuentos que pertenecen a la biblioteca de la escuela, escribieron reseñas críticas destinadas a recomendarte (o no) su lectura. Si te gusta leer o escribir cuentos, ésta es una buena guía para que conozcas autores. Y dado que los libros están en la biblioteca, será muy fácil acceder a ellos. Te presentamos en este caso la reseña que escribieron Anahí y Estela sobre el libro "Cuentos Completos" de la autora argentina Silvina Ocampo.


¿Te gusta leer cuentos? Nosotras queremos recomendarte una antología de Silvina Ocampo.


La misma contiene varios cuentos de amor no muy extensos, especiales para aquél que no tiene mucho tiempo para leer. A continuación, nosotras te contaremos algunos detalles de algunos de los relatos. En “La Boda”, el texto comienza con un acontecimiento un poco exagerado y termina de forma dramática. Recordemos lo que dice Filomena:“(…) Comprendí la verdad: Armando me había traicionado no pude soportarlo. Pensé primero matar o hace abortar a golpes a mi rival, después acuchillar o quemar a Armando echándole una lata de nafta encendida, después suicidarme, pero no hice nada, no dije nada. Una mujer enamorada no puede sobrevivir a un engaño (…). Otro de los cuentos es “El Lecho”, en éste nos llamo la atención la forma en que está narrado. El cuento comienza siendo narrado por un narrador desde afuera y termina con un diálogo entre los dos protagonistas de esa historia. “(…) Se amaban, pero los celos retrospectivos o futuros, la envidia recíproca, la desconfianza mutua, los carcomía. (…)”. “(…) Si nos abrazáramos, nos quemaríamos tan solo la espalda. - Nos quemaremos entonces – dijo él, mirando el fuego con ojos enfurecidos.”



Queremos destacar que esta escritora escribió sus cuentos en el siglo xx, es decir, es contemporánea y argentina. Otro de los cuentos que nos gustó es “Amor”, en él nos llamó mucho la atención, la trama del mismo. Recordemos lo que dice uno de los personajes:“(…) los motivos de nuestras disputas no nos enfurecían de acuerdo a la gravedad del caso. A veces bastaba un pañuelo que hubiera caído (…). En nuestra opinión lo que ocurre en este cuento podría pasar en la realidad.



Podemos decir, entonces, que en los cuentos de esta escritora, los temas que predominan son el amor, el odio y lo extraordinario.

Para los demás escritores, Silvina Ocampo es una muy buena escritora, ya que recibió elogios de sus colegas, por ejemplo, del famoso escritor Jorge Luis Borges, quien refiriéndose a Silvina Ocampo, dijo: “De las palabras que podrían definirla, la más precisa, creo, es genial”.


¿Quieren saber por qué recomendamos este libro? Fundamentalmente, porque nos encantó la forma que tiene Silvina Ocampo de transmitir los sentimientos de los personajes, por la forma en cómo narra las historias, ya que nos transporta a otro lugar, es decir, nos hace sentir parte del cuento, y nos transmite emociones. Otros aspectos que nos atrajeron son el vocabulario sencillo, la simpleza y la brevedad de los textos.


Ésta es nuestra opinión, depende de vos el leerlos y disfrutarlos.


domingo, 12 de agosto de 2012

Bibliografía.


Entre sus obras:


  • Viaje Olvidado (cuentos), Buenos Aires, Sur, 1937.
  • Enumeración de la patria (poesía), Buenos Aires, Sur, 1942.
  • Espacios métricos (poesía), Buenos Aires, Sur, 1942.
  • Los sonetos del jardín (poesía), Buenos Aires, Sur, 1946.
  • Autobiografía de Irene (cuentos), Buenos Aires, Sur, 1948. Reeditado en Orión, 1976.
  • Poemas de amor desesperado (poesía), Buenos Aires, Sudamericana,1949.
  • Los nombres (poesía), Buenos Aires, Emecé, 1953.
  • Pequeña antología, Buenos Aires, Editorial Ene, 1954.
  • El pecado mortal (antología de relatos), Buenos Aires, Eudeba, 1966.
  • Informe del cielo y del infierno (antología de relatos), Prólogo de Edgardo Cozarinsky, Caracas, Monte Avila, 1970.
  • La furia (cuentos), Buenos Aires, Sur, 1959. Reeditado en Orión, 1976.
  • El mal
  • Informe del cielo y del infierno
  • Las invitadas (cuentos), Buenos Aires, Losada, 1961. Reeditado en Orión, 1979.
  • Anillo de humo
  • Lo amargo por dulce (poesía), Buenos Aires, Emecé, 1962.
  • Los días de la noche (cuentos), Buenos Aires, Sudamericana,1970.
  • Amarillo celeste (poesía), Buenos Aires, Losada, 1972.
  • El cofre volante (cuentos infantiles), Buenos Aires, Estrada, 1974.
  • El tobogán (cuentos infantiles), Buenos Aires, Estrada, 1975.
  • El caballo alado (cuentos infantiles), Buenos Aires, De la flor, 1976.
  • La naranja maravillosa (cuentos infantiles), Buenos Aires, Sudamericana, 1977.
  • Canto Escolar (cuentos infantiles),Buenos Aires, Fraterna, 1979.
  • Arboles de Buenos Aires (poesía), Buenos Aires, Crea, 1979.
  • La continuación y otras páginas, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1981.
  • Encuentros con Silvina Ocampo, diálogos con Noemí Ulla, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1982.
  • Páginas de Silvina Ocampo, seleccionadas por la autora, prólogo de Enrique Pezzoni, Buenos Aires, Editorial Celtia, 1984.
  • Breve Santoral (poesía), Buenos Aires, Ediciones de arte Gaglione, 1985.
  • Y así sucesivamente (cuentos), Barcelona, Tusquets, 1987.
  • Cornelia frente al espejo, Barcelona, Tusquets, 1988.
  • Las reglas del secreto (antología), Fondo de Cultura Económica, 1991.
  • Obras en colaboración con Adolfo Bioy Casares:
  • Los que aman, odian, Buenos Aires, Emecé, 1946, con J. R. Wilcock:
  • Los traidores (pieza teatral en verso), Buenos Aires, Losange, 1956. Reeditado en Ada Korn, 1988, con Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
  • Antología de la literatura fantástica, Buenos Aires, Sudamericana,1940; 2da ed. 1965, 3ra ed. 1970, 4ta ed. 1990.
  • Antología poética argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1941.
  • Traducciones:
  • Porfiria, introducción de Italo Calvino, traducción de Livio Bacci Wilcock, Roma, Einaudi, 1973.
  • Fait Divers de la terre et du ciel, prólogo de Jorge Luis Borges, introducción de Italo Calvino, Paris, Gallimard, 1974.
  • I giorni dela notte, traducción de Lucrezia Cipriani Panuncio, Roma, Einaudi, 1976.
  • Leopoldina's dream, prefacio de Jorge Luis Borges, introducción de la autora, traducción de Daniel Walderstone, Ontario, Penguin Books, 1987.
  • Qui ama, odia, estudio preliminar y traducción de Angelo Morino, Roma, Einaudi, 1988.
  • Viaggio dimenticato, introducción y traducción de Lucio D'artangelo, Roma, Lucarini, 1988.
  • Ces qui aiment, haissent, traducción de André Gabastón, Paris, Christian Bourgois éditeurs, 1989.
  • La penna magica, Roma, Editori Reuniti, 1989.
  • Sobre Silvina Ocampo.
  • Anderson Imbert, Enrique:"Teoría y técnica del cuento", Marymar, 1979.
  • Bartolomew, Roy:"Cien poesías rioplatenses", Buenos Aires, Raigal, 1954.
  • Borges, Jorge Luis:"Silvina Ocampo, Enumeración de la patria", en revista "Sur", núm. 101, febrero de 1943.
  • Prólogo a "Fait divers de la terre et du ciel", Gallimard,1974.
  • Calvino, Italo: Introducción a "Fait divers de la terre et du ciel", Gallimard, 1974.
  • Cozarinsky, Edgardo: Prólogo a "Informe del cielo y del infierno", Monte Avila, 1970.
  • Ghiano, Juan Carlos: "Silvina Ocampo y su realidad", en revista "Ficción", núm. 22, diciembre de 1959.
  • González Lanuzza, Eduardo: "Autobiografía de Irene", en revista "Sur", núm. 175, mayo de 1949.
  • Martínez Estrada, Ezequiel: sobre "Espacios métricos", en revista "Sur", núm. 137,1946.
  • Molloy, Silvia: "Silvina Ocampo, la exageración como lenguaje", en revista "Sur", núm. 320, octubre de 1969.
  • Percas, Elena: "La original expresión poética de Silvina Ocampo", en "Revista Iberoamericana", núm. 38, septiembre de 1974.
  • "La poesía femenina argentina", Cultura Hispánica, 1958.


sábado, 11 de agosto de 2012

Biografía.


"Yo quiero ser conocida como soy y no hacer una comedia teatral, aunque todos nos inventamos un poco".(Silvina Ocampo).


Silvina Ocampo nació en Buenos Aires en 1903, en la casa de la calle Viamonte 550. Fué la menor de las seis hija de Manuel Silvino Ocampo y Ramona Aguirre.
En su juventud estudió dibujo en Paris con Giorgio de Chirico.
En 1933 conoció a Adolfo Bioy Casares, con quien se casó en 1940. Tuvieron una única hija, Marta, en 1954.
Obtuvo el Premio Municipal por "Espacios métricos" (poesía) en 1954, el Segundo Premio Nacional de Poesía por "Los nombres" en 1953, el Premio Nacional de Poesía por "Lo amargo por dulce" en 1962, y el Premio del Club de los 13 por "Cornelia frente al espejo" en 1988.
Murió en Buenos Aires en 1994.



Escritora argentina. Realizó estudios de pintura con Giorgio de Chirico y estuvo vinculada al mundo literario a través de su hermana Victoria Ocampo y su marido Adolfo Bioy Casares. Se inició con un libro de cuentos no reivindicado, Viaje olvidado (1937). Luego cultivó una poesía cercana a las formas del clasicismo: Enumeración de la patria (1942), Espacios métricos (1945), Poemas de amor desesperado (1949) y Los nombres (1953). Volvió a la poesía en 1962 con Lo amargo por dulce y en 1972 con Amarillo celeste. Lo más reconocido de su obra son sus libros de relatos, donde incursiona en la literatura fantástica (fantasmas, monstruos, figuras persecutorias) mezclada con observaciones irónicas y de humor negro sobre las costumbres de la gente común: Autobiografía de Irene (1948), La furia (1959), Las invitadas (1961), Y así sucesivamente (1987) y Cornelia ante el espejo (1988). Colaboró con Bioy Casares en una novela policiaca, Los que aman odian (1946), con Bioy y Borges en antologías de la literatura fantástica y de la poesía argentina, y con Juan Rodolfo Wilcock en el drama Los traidores (1956).

Frases célebres y fragmentos de sus libros.


En este video usted podrá leer y disfrutar de pequeños fragmentos de sus obras literarias.

En este enlace se presenta "a una persona dormida", si leer y concentrarse le es difícil, puede escuchar atentamente este poema de Silvina Ocampo.