martes, 21 de agosto de 2012

La terraza.

Estábamos en Turquía, observando desde una terraza
como el caluroso viento de verano iba derritiendo las calles,
y colmando la paciencia de aquellos extranjeros
que llegaban a parecer jilgueros.

Queríamos tranquilidad,
no hay por ahí una playa, yo decía.
ni el canto de las aves nos calmaba
un poco de aire fresco necesitábamos para poder tranquilizarnos.

Yo me quedo con Mar del Plata,
ausente y todavía ingrato,
a veces suelo ser aquí una extraña ciudadana.

Ahora falta la terraza, no la playa,
faltan tierras y no aves cantoras,
¡Que calor hacia y el paisaje que yacía!.





                                                                                            Brenda Insua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario